"Siempre seríamos dos fugitivos cabalgando a lomos de un libro, dispuestos a escaparse a través de mundos de ficción y sueños de segunda mano."
domingo, 28 de noviembre de 2010
La Boca
el amanecer más claro
con tu lengua. Tres palabras,
tres fuegos has heredado:
vida, muerte, amor. Ahí quedan
escritos sobre tus labios.
Miguel Hernández.
martes, 9 de noviembre de 2010
9 de noviembre
Creo que es un buen día para volver a escribir. Sentarme y teclear lo que se evapore de mi mente. Aunque ahora es gélida y cuesta más llevarla a ebullción. Tengo que intentarlo.
Casas vacías.
Inhóspitas parcelas de soledad exacerbada.
Gusto por lo exquisito.
Frondosidad en el oscuro bosque de la tragedia.
Zapatos rotos.
Silencio desgarrador.
Tejas caídas y reflexiones divididas.
Cansancio, desmotivación y rutina.
Aves sobrevolando el pensamiento común.
Inteligencias desbordadas por sirope de fresa.
Desconcierto y fragilidad.
Preguntas y más preguntas.
Constante búsqueda de respuestas.
Y ahora, ¿qué?
La tortuosidad de nuestras melodías ha creado el melodrama exacto que compone la materia. Y como en aquel spot me pregunto, ¿de qué están hechos los sueños?
Y respondo de forma obscena. Los sueños están hechos de nubes: A menudo tiernos y espumosos. A menudo trágicos y terroríficos. Cual tormentas de sentimientos y deseos incumplidos. Como tú y yo en tiempos de crisis. Como carreteras sinuosas. Como mares embravecidos.
Como la vida.
sábado, 27 de marzo de 2010
Vacuidad
martes, 23 de marzo de 2010
Caramelo
Sonreía mientras me escondía en la última mesa de aquel céntrico bar. Pensaba que si bebía, borraría los maravillosos pensamientos que tenía de ti. Error. Cada caricia se hacía más intensa según iba acumulando limones y sal en la mesa. No había sido buena idea, aunque en el fondo, lo estaba pasando bien.
El camarero se acercó un par de veces a preguntarme: ¿Está usted bien, señorita?. Sería por la cara de bobalicona enamorada que se incrementaba a medida que me acababa la botella de tequila. Él debía saber de esto, era mejicano, creo recordar, y habrá tenido alguna que otra experiencia como la mía. A pesar de la magnitud de mi borrachera le contesté dignamente: Estoy perfectamente, gracias. Y él se fue, tan incrédulo como preocupado por ver a una veinteañera sola, con problemas de más y con una cuenta que aumentaba por minuto.
Lo que él no sabía era que estaba acompañada. Porque dentro de mí estabas tú. Machacándome o haciéndome feliz. Según como sentara el chupito. Estaban tus miradas, tan claras y constantes y tu rutina al saludarme. Preciosa me llamaste alguna vez, o quizás me lo estuviera inventando. En ese momento no sabía distinguir la realidad de la ficción ni de mi capacidad inventiva. No recordaba si te acercaste y me hablaste de un mundo lleno de luces en el cual bailábamos y éramos un poco más felices. También puede ser que todo fuese fruto del alcoholismo del momento y en realidad no existías. O puede que sí y yo te estuviera forjando una personalidad diferente.
Mirado desde aquella perspectiva, todo parecía real. El objeto de deseo se mostraba francamente fácil. Todo era cuestión de tiempo, pensaba yo. Ahora, después de unos años y una carga de madurez emocional importante me doy cuenta de que todo procedía de una imaginación repleta de sentimientos. Y una vez más me río de mis historias adolescentes y pretendo buscarles la pequeña parte de realidad que se escondía en ellas. Y lo único que he encontrado a lo largo de estos años han sido mis sentimientos, lo demás era pura fantasía.
lunes, 22 de marzo de 2010
Jet lag y sonrisas.
La samba, el movimiento constante, los cuerpos esculpidos con el cincel del baile,... y llegados a Madrid de nuevo las prisas, los nervios, la tristeza, el gris coloreando el cielo. Aún así nos queda la esperanza de regresar algún día, los recuerdos, la gente encantadora que me ha acompañado. Y aunque el cielo hoy se muestre gris pronto el sol dará un par de brochazos y nos encontraremos cara a cara con la alegría de vivir.
martes, 9 de febrero de 2010
Por el interés te quiero
No me importan las personas superficiales e ineptas que sólo piensan en cosas absurdas.
Me la sudan las incorrecciones gramaticales, el "ni contigo ni sin ti" y las copas de vino a medias.
No pienso en la nostalgia, los encuentros, las lágrimas que no valen nada.
Olvido estar bien y no estarlo como olvido si paso un año al margen de mi vida.
Me da igual levantarme abrazando una almohada y que te marches sin darme un beso.
Y qué si tengo el corazón a la izquierda o a la derecha, si late, me va bien.
No pongo pegas si la cerveza no tiene espuma o si no me saben escalfar la sidra.
No me importa tener frío y no tener con qué taparme.
Me la suda estar sola, en crisis y viajar en patera por paraísos artificiales.
Y también me la sudan los putos vicios del corazón, sus putas manías y la gilipollez del romanticismo. Tan absurdo como una tarde de domingo sin retiro ni periódico. Sin sesiones de fotos esperpénticas ni vidas partidas por la mitad por cuestiones más importantes que cualquier falto de pago.
Zaguanes desnudos, como nuestras vidas tan vacías de principios como de ropa.
El fin del mundo se aproxima con una velocidad superior a la de la luz y arderemos a unos grados kelvin tan innombrables como imposibles en la Tierra.
jueves, 28 de enero de 2010
Más
No encuentro la nube que me sirva de apoyo, sólo borrascas y tormentas intangibles. Pero esta vez, sorprendentemente, me sostiene un hilo vertical de estabilidad y fortaleza que me permite andar muy erguida y con la cabeza bien alta.
Por no tener, no tengo ni de qué arrepentirme y sospecho que pronto todo cambiará. Aunque aún siento una ligera envidia por los que vuelan a la velocidad del sonido, me conformo con una caída libre desde la estratosfera.
domingo, 24 de enero de 2010
Sweet
Me preocupa la felicidad neutra. Tanto, que si le dedico unos minutos, acabaría pensando en el sentido que tiene vivirla.
Pero la apatía todavía gana la batalla.
Ahí queda. Yo por ahora, prefiero preocuparme de cosas importantes como tirarme en una playa desierta y dibujar soles con protector solar. Necesito metadona, tengo mono de verano.
Y de ti.
P.D. El otro día me hizo llorar amargamente una cebolla traidora. Entre éstas y los duendes se está arruinando mi vida.