jueves, 10 de noviembre de 2011

Deseo

No sé por qué, pero por estas fechas siempre ando algo más inspirada que lo que suele ser habitual. Algo menos seca. Será que alguien me ha regado, o que la lluvia me ha calado hasta los huesos.

Ayer me di cuenta de que mi corazón no es normal. Y lo agradezco, ya que si no me consideraría una completa simpleza. Mi corazón late en el cuello. En la nuca. Y late muy fuerte. Yo creía que estaba parado, que alguna pieza no encajaba o se había perdido, y el problema no era ese. Es que lo buscaba donde no estaba: En el pecho.

Sólo tenía que buscar más allá. La motivación, el arte. Y lo encontré, como si una bonita magia blanca lo hubiera hecho aparecer. Y estoy encantada.

Deseo, deseo, deseo. El título del post, y lo que me envuelve últimamente. El deseo por todo. Un deseo fugaz, furtivo. Una ambición inestimable por tenerlo absolutamente todo. De ti. O de mi.

Y como ahora te he encontrado, corazón, puedo oírte mejor porque te tengo más cerca. Deja de llamarme, que ya te veo. Abrázame un poco, imagina que hace frío.

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