jueves, 28 de enero de 2010

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Doy vueltas en mi habitáculo de 2x2 buscando la forma de ser feliz. Planeo sobre un colchón de dudas y si me caigo, me pierdo. Necesito girar 360º y probar cada uno de los ángulos hasta volver al origen de la matemática pura.

No encuentro la nube que me sirva de apoyo, sólo borrascas y tormentas intangibles. Pero esta vez, sorprendentemente, me sostiene un hilo vertical de estabilidad y fortaleza que me permite andar muy erguida y con la cabeza bien alta.

Por no tener, no tengo ni de qué arrepentirme y sospecho que pronto todo cambiará. Aunque aún siento una ligera envidia por los que vuelan a la velocidad del sonido, me conformo con una caída libre desde la estratosfera.

1 comentario:

irenita_gal dijo...

la felicidad está en esas pequeñas cosas, no es asi?
aunque cada uno la encuentra en lo que realmente le llena de verdad
cuidado con volar a la velocidad de la luz, pues la caída puede ser un tanto catastrófica
animo!