martes, 22 de julio de 2008

¿Desilusión?

De modo terapéutico, quizás. No sé el porqué de estas líneas ni el porqué de mi estado de ánimo. Será que la suerte me abandonó hace ahora un año o que ya no confio ni en mí misma. No me permito volver la vista atrás (aunque es bueno a veces, como dice la canción), porque quizás encuentre laberintos mucho más entretenidos que las vías rectas frente a las que me encuentro en este preciso instante. Y quizás acuda al puente que hace ahora un año me salvó de morir en aquel torbellino de emociones y de morir atropellada por un turismo embriagado de alegría.

Colapsada, decepcionada y un poco traumatizada por no sé que celebración. Queriendo decir y callando o quizás gritando demasiado. El silencio a veces es un buen síntoma, y a veces no. Puede dar a entender un paro cardíaco, quien sabe.

A mí el corazón se me paró hace ahora un año, también. Dejó de funcionar y se transformó en un guijarro de río manchego. Gracioso ¿verdad? O no.

Dentro de dos días me encerraré en la oscuridad de mi cuarto, moriré de calor y pensaré en todo lo que debiera haber pensado hace un año. Y en lo que debiera haber pensado hace hoy 6 meses o 2. En lo que debería hacer y no hago. Y en lo que debería comer y no como.

¡Qué fatalidad! Hoy me siento romántica. Un Béquer encerrado en un cuerpo de mujer en pleno siglo XXI. Ya quisiera yo...

Cosas de la vida, sin lugar a dudas.

1 comentario:

supermaldita dijo...

Ya quisiera Béquer...


El verano atonta, tenemos mucho tiempo para pensar y el resto del dramatismo lo ponemos nosotros, que es lo que nos gusta.

Tu limítate a ponerte morena, beber horchata de chufa y reir en buena compañía.

Un beso con sabor a chocolate.