lunes, 4 de agosto de 2008

Una noche más

Sentado en la mesa de enfrente, con la pose majestuosa que acostumbraba. No podía parar de observarle. Le seducía su tierna mirada. Parecía un niño si te fijabas en sus ojos, o eso veía ella. Contra su ensoñadora mueca encontraba la fuerte personalidad de escritor dañado por la literatura. Su vida era eso: amor, misterio, aventuras,... todo lo que tuviera que ver con las emociones contrapuestas de escritor castigado.

Los dos solos, olvidados y traicionados. La noche perfecta para que la melancolía y la nostalgia poseyera a ambos.

- Wiskhy con hielo.
- Yo también.

Su ingenio y su dulzura se iban apoderando de cada centímetro de su piel y de su alma. Imagen de galán poco cuidado, pensaría que lo hacía más interesante.

Tras esa noche de alcohol e interminables conversaciones que no llevaban a otro sitio que la felicidad compartida, pasearon bajo la luz de la luna y de las pocas estrellas que dejaban ver los edificios de la capital. Llegaron a su ático, tan desordenado como él. Se besaron hasta que se gastó la saliva. Descubrieron todos los secretos de la carne deleitándose en cada caricia. Compartieron amanecer y poco más. Ella escapó y aunque nunca se olvidaron, jamás se volvieron a ver.

2 comentarios:

kief dijo...

ojalá fuera escritor, ojalá lo sea...

ella le preguntó por qué no te he visto antes, él no le dijo la verdad; lo cierto es que antes no me sentía como ahora.

Ana_SepulvedaG dijo...

Yo te considero un pedazo de escritor de los pies a la cabeza.

La verdad por delante, aunque antes no te sintieras como ahora... ;-)