miércoles, 21 de mayo de 2008

Ser humano

No sé muy bien por qué he vencido a la vagancia y me he puesto a escribir algo en esta dichosa paginita sin pies ni cabeza.
Tampoco sé muy bien por qué soy tan incorformista y tan perra.

Bien, dicho esto se me han acabado todas las ideas que salían de mi humeante cabeza a punto de explotar, después de un examen de lengua que prefiero guardarme la opinión para un día que esté dispuesta a poner insultos y palabras malsonantes sin más.

¿Estaré puntuando bien? No sé... que me lo diga Wittgesntein o el Señor Dueñas mismamente.

He llegado a una etapa donde no puedo seguir pidiendo. El trabajo lo tengo que hacer yo. La vida me la tengo que buscar yo, y no esperar que un día venga a mi puerta con una sonrisa de oreja a oreja.

Y, ¿qué más? Tengo todo lo que un día anhelé. Soy como los hombres, que cuando les das todo te dejarán por no tener nada que echar de menos. Siempre evitando el momento, y esperando de brazos cruzados una tortura menos dura. Y no, no llegará.

Respecto a tí. No puedo hablar. Prefiero callar mis temores por no parecer más vulnerable de lo que ya he parecido a lo largo de este testimonio pedante.

Evitaré seguir mintiéndome. Por lo menos, creo que subiré un escalón más en mi frenética escapatoria...

1 comentario:

Lady of light dijo...

IMPRESIONANTE. Ya lo hemos hablado. Ya te he dicho lo q pienso hoy. Seguro q se me olvida algo. De verdad q me encantaría darte el mejor consejo del mundo, ayudarte a estar mejor y a conseguir lo q quieres...pero mejor no lo puedo hacer, lo siento. Eso sí, tengo dos orejas preciosas (una de ellas con un pendiente a medias, joder!!!) y dos hombros de la ostia.

tQ